Duerme bien en dormitorios compartidos de hostel
Para muchos mochileros, alojarse en los hosteles y dormir en dormitorios compartidos no es sólo una manera de reducir los costos; sino que también una manera más aventurada, entretenida, y animada de viajar. Tiene sus frustraciones, sin embargo: roncadores, los que se levantan temprano (o tarde), los que llegan borrachos. No obstante, con un poco de preparación, puedes asegurarte de que tu noche será tan relajante como la necesitas.
En primer lugar, bloquea la luz y el ruido. Tapones para los oídos y una máscara para los ojos hacen este trabajo sin ocupar mucho espacio en tu mochila. Si quieres paz y tranquilidad extras, y tienes espacio en la mochila, incluso puedes llevar auriculares con aislamiento de ruido. También ayuda elegir una cama lejos de la puerta de la habitación o del baño.
En segundo lugar, toma la litera superior. La mayoría de las personas solicitan la litera de abajo, ya que no hay que subir, pero es la litera superior que ofrece un sueño más profundo. Nadie va a sentarse en su cama durante el día, nadie va a confundir y tratar de subir a tu cama cuando llegan a altas horas de la noche, ni te van a molestar subiendo a la de arriba mientras estás en la inferior. Realmente, es la litera superior que te aísla de cualquier inconveniente del dormitorio y todo lo que cuesta es el esfuerzo de subir las escaleras.
En tercer lugar, hay que hablar. La mayoría de los mochileros son seres amistosos, sociales que entienden lo que significa tener que levantarse a las 4 am para llegar a Machu Picchu antes de los primeros rayos de luz. A veces, nos descuidamos un poco del ruido, por lo que vale la pena contar con el efecto que un recordatorio amistoso puede tener. Si estás en buenas relaciones con tus compañeros de dormitorio desde un principio, y consciente de su comodidad, así van a ser aún más receptivo a tus peticiones.
Por último, duerme en paz. Asegura tus objetos de valor en el locker mientras duermes, para evitar la sensación de que tienes que dormir con un ojo abierto o extender la mano y tocar tu computadora siempre que alguien entra en la habitación por la noche.